En nombre de la verdad debemos decir que existen de todas las clases, géneros, niveles e inspiraciones, los hay de los que se mantienen fiel a las musas de la poesía y el arte, y por otro lado los que venden sus conciencias a los intereses de los poderosos, dictadores, totalitaristas, etc. o que peor aun se venden, como diría algunos, por un plato de lentejas, y todo por dinero.
Pero la historia nos muestra personajes que se mantienen fieles a principios inteligentes que los influencian a escribir, crear, plasmar la belleza del arte en todo su esplendor, inmortalizados todos en sus bellas frases y creaciones, hombres que tuvieron que ingeniárselas siempre para llamar la atención de los financieros de sus obras maestras, abecés con suerte y otras no, nunca sin quitar un ápice de su trabajo, sino que por el contrario se hacen valer de la magia, el símbolo, las claves y en especial de la habilidad de su ingenio para plasmar lo que siempre se tuvo en mente, lo real, aunque estuviese en desacuerdo con el jefe del momento.
Desde que el mundo es mundo el arte ha querido ser confiscado a una u otra forma de pensar, parcializada y rancia, pero este se mantiene indeleble al poder de que ostentan los poderosos de la sociedad. Esto nos prueba de que la verdad saldrá siempre airosa ante la mentira de los impostores que se hacen llamar artistas, poetas, entre otros.
Da lastima ver a los trovadores, artistas, poetas, creadores, comprados por las mentes poderosas, verlos es como si ya no poseyeran alma, es como si se las hubieran vendido al diablo, son como piltrafas adornadas de lindos trabajos artísticos al servicio del egoísmo.
No deja de causarnos impresión como seres aparentemente sublimes sirven al cercenador de la libertad del arte, de la expresión viva de la verdad...
El arte es el equilibrio perfecto, entre los elementos de la obra y su entorno, la naturaleza, sin desequilibrio alguno externo o interno, y no hay mayor artista que el creador del universo y obra creada que la especie humana; el Hombre en la creación del infinito universo, fundido el uno con el otro, sin causar daño o imperfección alguna, hasta que interviene la mente humana, llena de fronteras, limitaciones y complejidades que promueven el desequilibrio en el ecosistema y en el arte mismo de la vida, sino fuera por este cúmulo de elementos psíquicos ajenos al equilibrio, de seguro la sociedad y el mundo seria otro, el arte mismo de la naturaleza nos proporcionaría la vida.
Da gusto ver una obra pintada por esos grandes maestros de la humanidad, una poesía de esas que nos ponen a pensar, que provienen de los ángeles, una oración de los grandes profetas del mundo, una palabra de infinito amor y equilibrio, o una canción que nos inspire unión, tolerancia y en especial que el autor de todas estas bellas cosas sea congruente con lo construido, cosa difícil, en especial por esta época.
No hemos visto cosa más bella en la vida que el universo estrellado, que la lluvia cuando baña el planeta, las nubes, la flora y la fauna, incluso las constelaciones y sus nebulosas , y cosa mas conmovedora que la verdad ante si mismos, sin influencias distorsionadoras de ningún tipo.
Es la experiencia más bella y sublime que pueda presenciar el hombre, verse fundido en el cosmos como si este fuera el mismo, donde no hay miedo alguno que lo ataje a desistir de este fundimiento del uno con el otro; ésta es solo una apreciación.
Desde tiempos inmemorables el hombre ha ido en búsqueda de experimentar las mejores técnicas que hagan del arte una experiencia real y no fantástica como suele ser, a tratado siempre de imitar a la naturaleza, fallando por haberse olvidado de principios inteligentes que integran al todo.
Quien no ha escuchado alguna vez en su vida y ha querido ver a un cuadro con vida, a la música de las estrellas, a las palabras de los grandes maestros de la humanidad, a ciudades encantadas donde todo tiene vida, desde una escultura, cuadro, hasta una silla, pero esto no ha dejado de ser con todo los avances de la ciencia un mito, por el único hecho de habernos olvidado del espíritu y haberle dado mas importancia a la materia que a lo que la sustenta a ella, su esencia , su espíritu.
No es el artista, la persona humana, el que crea, sino el espíritu del artista fundido en un todo, este si es el verdadero artífice de la creación.
Recuerden amigos nuestros no dejarse engañar por los mercaderes del arte que juegan con todo tipo publicidad e influencias para proporcionarse un ambicioso lugar en el mundo de las finanzas y muy lejos del verdadero artista; con esto no queremos decir que el artista no sea merecedor de tan alto valor por sus creaciones, sino que deben estar atentos con los mercaderes que se hacen llamar artistas.
Pero la historia nos muestra personajes que se mantienen fieles a principios inteligentes que los influencian a escribir, crear, plasmar la belleza del arte en todo su esplendor, inmortalizados todos en sus bellas frases y creaciones, hombres que tuvieron que ingeniárselas siempre para llamar la atención de los financieros de sus obras maestras, abecés con suerte y otras no, nunca sin quitar un ápice de su trabajo, sino que por el contrario se hacen valer de la magia, el símbolo, las claves y en especial de la habilidad de su ingenio para plasmar lo que siempre se tuvo en mente, lo real, aunque estuviese en desacuerdo con el jefe del momento.
Desde que el mundo es mundo el arte ha querido ser confiscado a una u otra forma de pensar, parcializada y rancia, pero este se mantiene indeleble al poder de que ostentan los poderosos de la sociedad. Esto nos prueba de que la verdad saldrá siempre airosa ante la mentira de los impostores que se hacen llamar artistas, poetas, entre otros.
Da lastima ver a los trovadores, artistas, poetas, creadores, comprados por las mentes poderosas, verlos es como si ya no poseyeran alma, es como si se las hubieran vendido al diablo, son como piltrafas adornadas de lindos trabajos artísticos al servicio del egoísmo.
No deja de causarnos impresión como seres aparentemente sublimes sirven al cercenador de la libertad del arte, de la expresión viva de la verdad...
El arte es el equilibrio perfecto, entre los elementos de la obra y su entorno, la naturaleza, sin desequilibrio alguno externo o interno, y no hay mayor artista que el creador del universo y obra creada que la especie humana; el Hombre en la creación del infinito universo, fundido el uno con el otro, sin causar daño o imperfección alguna, hasta que interviene la mente humana, llena de fronteras, limitaciones y complejidades que promueven el desequilibrio en el ecosistema y en el arte mismo de la vida, sino fuera por este cúmulo de elementos psíquicos ajenos al equilibrio, de seguro la sociedad y el mundo seria otro, el arte mismo de la naturaleza nos proporcionaría la vida.
Da gusto ver una obra pintada por esos grandes maestros de la humanidad, una poesía de esas que nos ponen a pensar, que provienen de los ángeles, una oración de los grandes profetas del mundo, una palabra de infinito amor y equilibrio, o una canción que nos inspire unión, tolerancia y en especial que el autor de todas estas bellas cosas sea congruente con lo construido, cosa difícil, en especial por esta época.
No hemos visto cosa más bella en la vida que el universo estrellado, que la lluvia cuando baña el planeta, las nubes, la flora y la fauna, incluso las constelaciones y sus nebulosas , y cosa mas conmovedora que la verdad ante si mismos, sin influencias distorsionadoras de ningún tipo.
Es la experiencia más bella y sublime que pueda presenciar el hombre, verse fundido en el cosmos como si este fuera el mismo, donde no hay miedo alguno que lo ataje a desistir de este fundimiento del uno con el otro; ésta es solo una apreciación.
Desde tiempos inmemorables el hombre ha ido en búsqueda de experimentar las mejores técnicas que hagan del arte una experiencia real y no fantástica como suele ser, a tratado siempre de imitar a la naturaleza, fallando por haberse olvidado de principios inteligentes que integran al todo.
Quien no ha escuchado alguna vez en su vida y ha querido ver a un cuadro con vida, a la música de las estrellas, a las palabras de los grandes maestros de la humanidad, a ciudades encantadas donde todo tiene vida, desde una escultura, cuadro, hasta una silla, pero esto no ha dejado de ser con todo los avances de la ciencia un mito, por el único hecho de habernos olvidado del espíritu y haberle dado mas importancia a la materia que a lo que la sustenta a ella, su esencia , su espíritu.
No es el artista, la persona humana, el que crea, sino el espíritu del artista fundido en un todo, este si es el verdadero artífice de la creación.
Recuerden amigos nuestros no dejarse engañar por los mercaderes del arte que juegan con todo tipo publicidad e influencias para proporcionarse un ambicioso lugar en el mundo de las finanzas y muy lejos del verdadero artista; con esto no queremos decir que el artista no sea merecedor de tan alto valor por sus creaciones, sino que deben estar atentos con los mercaderes que se hacen llamar artistas.
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