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De ninguna forma se pretende aquí abarcar todo lo que implica y suscita esta preciosa palabra, pero si dar unas orientaciones al distinguido lector en la búsqueda de la emancipación de su trabajosa vida. Sabemos que se han escrito extraordinarios libros y escritos sobre este temario que nos interesa a todos los creyentes de la fe en los aspectos Divinos y los no creyentes también, porque la luz brilla para todos igual, la diferencia está en las percepciones internas que hagamos de esa Gran Luz que es el espíritud.
La filosofía y sus filósofos nos han hablado desde siempre sobre el Amor, dándonos sabios consejos sobre cómo manejar este aspecto en nuestra existencia, pero aun las personas dudan de si realmente existe o no el amor. Han llegado a pensar algunos que ésta es sólo una palabra para adornar un sentimiento. Otros pueden decir que el amor es el origen del universo, el punto de partida de la creación, donde comienza el gran anfiteatro cósmico y sin esa fuerza maravillosa nada de lo existente hubiese podido tomar forma en el mundo de los infinitos universos materiales y espirituales.
El amor es una fuerza motriz, capaz de las cosas más extraordinarias de la vida, como es el hecho de crear vida en el universo y no tiene nada que ver con las tragicomedias que viven las personas en el tapete de la existencia, ya que el amor en si mismo se entrega a el.
El Amor bajo la condición de dos es un absurdo, es falso de por sí, ya que éste principio, no amerita condición alguna, porque es éste sentimiento, fuerza superior, energía proveniente de otras dimensiones, independiente de todo, en especial de lo que es el hombre contemporáneo.
El Amor se devora a sí mismo como la serpiente uroburos, de los misterios griegos, no necesita otro alimento que la fuerza motriz del amor mismo. Los seres humanos hemos olvidado la capacidad innata de Amar o más bien la capacidad facultativa que le pertenece. Cuando el Ser humano ama se borran todos los sufrimientos que le abruman, de seguro comprenderá por simple ley de causa y efecto todas los proceso por los que atraviesa él mismo, sin nunca, prejuzgar el presente, el pasado y mucho menos el futuro que se construye.
Esta facultad es individual, unipersonal y más aun escapa de la persona por ser del espíritud, nunca dual y mucho menos colectiva. La prueba más fehaciente de éste dictamen lo tenemos en el Amor del Padre Divino hacia su creación, donde Él se presenta literalmente en Amor a su hijo, dándole todo lo justo y necesario, sin esperar compensación a cambio. Simplemente si somos hijos agradecidos el nos premia con su Amor y si no se compadece de la ignorancia de las acciones equivocadas del anti-amor, nunca nos desampara aunque cayéramos en las redes del materialismo contemporáneo, el siempre está allí, como la luz en el universo.