El camino a la Servidumbre, Friedrich von Hayek (1899-1992)
Desde la aparición de las ideas Comunistas, promovida por Carlos Marx, y posteriormente la expansión del Socialismo por toda Europa y el Continente Asiático y consecutivamente el Americano, logrando insertarse en los países Árabes y gran parte del Continente Africano, se ha querido mostrar a las ideas socialistas, es decir, colectivistas, como las salvadoras de la humanidad al menos en hipótesis, mas los hechos nos demuestran que éstos a pesar de usar profanamente la bandera de la libertad, que no les pertenece, han servido al totalitarismo de una elite de personas que decide siempre sobre los destinos de los ciudadanos , denominado éste: la masa popular.
Es impropio que unos personajes en aras de la libertad, encaminen a una nación disimuladamente a la servidumbre, prometiéndoles el paraíso de la libertad y la independencia cuando en la práctica convierten a sus naciones en más dependientes y más infortunados, por la correspondencia de Gobierno y Ciudadanía. Es así como se da pie a sustituir una libertad por otra, ese es el centro del discurso para acabar la libertad.
Los gobiernos socialistas, han demostrado desde su origen ser los más totalitaristas cuando de derechos y libertades ciudadanas se trata, y que decir cuando se habla de Derechos Económicos, éstos siempre han sido gobiernos insociables con las Libertades Comerciales y el Derecho al Consumo que tienen los ciudadanos de acuerdo a su capacidad adquisitiva, a su ahorro, necesidad o gusto simplemente de consumir.
Estos sistemas totalitaristas, conocidos en Occidente como los sistemas Comunistas, Socialistas, Fascistas, Nacional Socialistas, siempre en aras del colectivismo, y el discurso trillado de la igualdad, y por si fuera poco el humanismo del que vanidosamente hablan sus representantes, someten a las naciones a estados de indignante miseria, usando todos los artificios del discurso y los medios de comunicación puestos al servicio de la maquinaria política y si es necesario, hacen uso de la fuerza contra la disidencia, las armas , la cárcel, la tortura, la muerte y el desaparecimiento de personas de forma oscura si es necesario, que se sabe que más de una vez han utilizado, con tal de obtener el precio del poder total y así someter a los ciudadanos que pregonan y ejercen de forma natural la libertad de pensamiento y la propiedad privada del individuo, con tal de darle a cualquier costo, la preeminencia a un sistema totalitario de gobernar.
Y por si fuera poco en el colectivismo con sus diferentes sistemas conocidos, el planificador, que por excelencia, es el personaje de gobierno, representante de alguna institución, Poder del Estado, Ministerio , Buró político, Presidente, regente del partido, terminan estos sujetos organizando la vida de los ciudadanos, administrando no únicamente los intereses reglamentarios del Estado como lo son las obras de servicios públicos de gran infraestructura, sino que éstos personajes frenético de todo poder, propio de los gobiernos de tipo totalitaristas, como lo son los socialistas, pretenden regular toda posibilidad de consumo, la capacidad de ahorro e inversión, y a veces terminan descabelladamente eliminando esta posibilidad, ya que remiten a la ciudadanía a una tarjeta, cupo o ficha de alimentación u otro servicio, que determina que consumir ,cuanto, donde y como consumir , por cada ciudadano, cual si fuera aquellos tiempos de la esclavitud de los siglos pasados.
Mas éste control al consumo de los ciudadanos que dicen ser libres, nunca representa el principio de igualdad que lóbregamente defienden los socialistas, cuando se trata de controlar, fiscalizar o reconocer los Derechos Civiles de las personas, a la elite y amigos de partido que se encuentra en el gobierno.