La energia sexual

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La energía sexual se ha degenerado a raíz del derroche seminal del hombre a través de los siglos, al punto que ya la ciencia oficial estima que no pasará de esta generación en que el germen depositado en las gónadas del humano, pierda todos los principios necesarios para fecundar el ovulo femenino.

Causas existen numerosas, entre esas: la alimentación, el oxigeno que respiramos, los químicos que se consumen e inhalan, y por si fuera poco, hasta el agua que se consume se encuentra contaminada, pero todas estas cosas no representan gran dificultad, en contraste con la causa principal y latente en el individuo que es su deseo desenfrenado de verter sus aguas fuera de su cuerpo, tal como lo practican los animales.

Observar y actuar ante el desenvolvimiento de los acontecimientos es inteligente por estos tiempos de crisis de los valores, donde la semilla lucha por sobrevivir ante el inaplazable flagelo de la naturaleza humana. Llama la atención el como la semilla se muta a través de los diferentes cruses sexuales con diferentes tipos de productos, mas todo esto se hace justo y necesario para la trasmigración del germen humano en evolucionar en determinados casos e involucionar en otros, esa es la ley del perfeccionamiento de la especie humana.

Hoy, en esta época, ni siquiera las campanas de la tercera guerra mundial han podido frenar el mal que progresivamente se desata en el planeta, estas no sirven para llevar al hombre contemporáneo al arrepentimiento y detenerlo en su lucha insaciable y egoica, contra sus semejantes en una batalla campal que conllevará irremediablemente a su gradual autodestrucción.

Es impredecible, para quienes vivimos en el mundo de Euclides la suerte de esta generación que ha sido concebida dándole concesiones al ego lo que ha producido entre otras cosas, sinvergüenzas. El Cristo Íntimo podrá salvar a aquellos que logren autoliberarse de las ataduras del ego y de las trampas de éste.

Se necesita de hombres y mujeres dispuestos a sacrificar la última fracción de energía, autoconocerse y lograr ese sumun de la sabiduría griega que reza así: “Nosce te ipsum” conócete a ti mismo, con esto se hace posible conocer al universo. Como es adentro, es afuera, como es arriba es abajo, el microcosmos hombre es un universo en miniatura, representación magnánima del macrocosmos, y todo esto es imposible con el desgates del mercurio filosofal que se encuentra depositado en nuestras médulas.

Tal como lo enseñaron los profetas en doctrinas secretas de tiempos mas antiguos en todas las edades por la que ha transcurrido la humanidad se vuelve a develar el gran secreto de introducir el miembro viril en la vagina de la adorable esposa, sin derramar una gota de líquido seminal para despertar la esencia del Cristo Salvador.