Convulsión Social

El país convulsiona constantemente entre la política de estado y las marchas contra la intolerancia del socialismo. Y de protesta en protesta y de marcha en marcha se debate el destino de cada uno de los ciudadanos de éste país.
Nadie sabe a dónde van a parar los proyectos y los sueños de miles de jóvenes venezolanos, planes de años se tiran por la escotilla de los aviones, como si nunca hubiesen existido, dejando una profunda frustración en el corazón de esos jóvenes el tener que entregarse al socialismo alienante o irse al exilio, impulsados por la ferocidad del mismo que arremete contra la sola posibilidad de progreso y libertad que detentan los ciudadanos.
Las juventudes desamparadas de toda esperanza de progreso, sumado a que difícilmente puedan desarrollar sus vocaciones íntimas y encontrándose en una encrucijada, prefieren huir a otros horizontes más favorables lejos de los desideratos del estatismo que representa el socialismo.
Parece toda una novela, a veces todo muy irreal o real, donde los personajes toman papeles preconcebidos por la historia y muchos empujados por las circunstancias. Se observa también que en muchos lugares y poblados del país, el tiempo se ha detenido 50 años, ubicándonos en el pasado siglo, sin ningún avance, ni progreso, las mismas casas, chozas y bodegas de entonces.
La gente se pregunta hasta cuando durara toda esta situación, ¿que hará falta o será necesario, para que todo éste cuento termine?, olvidando que la solución la tienen ellos en el cambio de una vez por toda del sistema político socialista que por más de un siglo ha frustrado el porvenir de los ciudadanos y familias venezolanas.
Se perdieron las potentes juventudes de los años 60, 70 y 80 del pasado siglo, en el mar de las ideologías izquierdistas unos mas moderados que otros pero encantados en se hijos del estado, algunos arrastrados por el marullo de los políticos del sobrevenir y se teme perder casi de forma irremediable las nuevas generaciones, ¿consecuencia? desconocer las políticas de estado que han hecho solidas y desarrolladas a las viejas repúblicas de Europa y a la polémica Norte América, que ha podido avanzar un poco en un ambiente de libertades económicas y respeto a la propiedad.
El socialismo se vale del hambre, de guerras, de constante atraso y hasta de los fenómenos naturales para justificar la crisis permanente al cual sujetan a sus poblaciones.
Una constante incertidumbre vive la población de Venezuela, levantándose todas las mañanas, pensando que algo extraordinario deba pasar para salir de éste laberinto social, donde el sueño de la noche llega a ser, la mejor terapia para olvidar tantos problemas que es el mismo estado que impide que el ciudadano corrija.
Escasea el agua y la electricidad cada vez con más fuerza, sumado a la carencia de alimentos y mercaderías de todo tipo, que termina encareciendo todo, a niveles inflacionarios jamás vistos en estas latitudes tan ricas en recursos naturales y potencial humano del planeta.
El discurso de la izquierda empieza ya a degradarse, empieza a causar hastió en la población, las personas comentan que el problema de los secuestros y la delincuencia es un problema que afecta a todos y es absurdo la retorica en el discurso al diferenciar pobres de ricos, ya que todos sufren el caos político, económico, energético, y social del país. Cosa que abre una ventana en las gentes cansadas del discurso dicotómico de clases sociales que por siglos inculcan los defensores del colectivismo nacionalista.
11 de febrero de 2010.

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