Ver la desvergüenza de cómo se burlan los gobernantes del socialismo de la población no deja de causar estupor en el observador que inteligentemente se enfrenta cada día a la realidad económica y social de los pobladores de Venezuela y Latinoamérica.
Por estos días de mi paso por el llano, específicamente en la población de un pueblo que lleva como nombre Santa María, perteneciente al Estado Guárico, he podido observar cómo los jerarcas del grandilocuente socialismo del siglo XXI., engaña a los campesinos reinaugurando una carretera de arena que existe desde los tiempos de la Venezuela bucólica caudillista del siglo XVIII.
Se inauguran calles de tierra en estos parajes como si fueran la última maravilla del progreso, mientras los fatuos lideres celebran con cervezas en su mano, haciendo alardes de su vanidad. En medio del evento político se escuchan frases como estas, de algunos oriundos del llano; hay refrescos o gaseosas y sopa, esto esta buenísimo dicen.
Rostros de hombres con caras lánguidas del hambre, gente que muchos de ellos no comen desde ayer, eso es el régimen socialista en detalles. Más tampoco pueden faltar las nativas castas del llano en hacer gala de sus presunciones moviendo la cola como mulos, y caballos ante aquel ridículo evento. No faltan tampoco murmullos como estos: “ellos no son de los nuestros”.
Todos se han puesto el disfraz de gala del partido socialista, unos con mejores distintivos que los otros, mientras se almuerza caldo de sopa de res, porque la res únicamente es para los más atrevidos que conforman el buró político del lugar.
Suena el joropo trancao, música muy querida por los pobladores, mientras los lugareños conversan, lo que se respira en el ambiente es una atmosfera de hambre e hipocresía, a tal nivel que pareciera que quisieran sacarse las “tripas” a puñales y machetazos. Pasean los perros con hambre también en sus fauces. En medio de aquel festín, todos buscan acomodarse a la guanábana del poder, pero ninguno logra comprender que ya no hay más espacio para más ineptos.
Definitivamente, La degeneración de la raza humana es la que ha producido tanto caos, ver a las mujeres presumir al lado de sus parejas con tanta degradación deshonrosa, al que los ha sometido los sistemas socialistas es verdaderamente una lástima, para la oportunidad que se ha brindado a la humanidad, en este caso a los Venezolanos por mucho tiempo de ser una admirable república ante el mundo; pero como dice el viejo refrán; “el que no sabe, es como el que no ve” Todo esto no deja de causar repugnancia e indignación al observador.
La comedia se presenta cuando a la carretera de arena le colocan una cinta roja carmín y todos los lugareños son invitados a acercarse a ver el acto ceremonial, mientras muchos de los presentes respiran profundamente sin poder decir nada, ante tan ignominioso engaño, aunque se escuchen a unos que quieren protestar, pero ¡qué va! Los aplausos mecánicos de la muchedumbre, muy típicos por estos eventos políticos, no logra incentivar a los inconformes para la censurable protesta. Se partió la cinta y viene el tropel a comerse el bocado de carne que apenas empieza a cocerse entre las brazas del fogón, por lo que se calcula no alcanza para todos los asistentes, por lo que, lograran comer muy pocos.
Ciertamente, muchos de los pobladores de la zona se contentan con una calle de tierra, un ambulatorio y una escuela rural.
No se puede dejar pasar los constantes aplausos y palabras como estas: ¡siéntanse orgullosos de ser guariqueños! de tener a un gobierno socialista como éste, cada uno de los oradores menciona a Dios inclusive en los tuétanos desechos de la sopa.
Se hace mención a Bolívar y por si no faltara menos al autócrata que por respeto a los lectores se prefiere no nombrar, entre aplausos y arengas no podía faltar el ya repetido y viejo discurso antiimperialista.
Ya el gobernante del Guárico, ofreció caña de azúcar para los rumiantes de la locación y así contrarrestar la sequía que no permite que se produzca el pastizal de alimento para los animales, mas el problema no es el alimento en sí, sino la distribución de agua, que no logra llegar a todos los poblados, más que con escasos camiones cisternas como política pública de estos lares.
Ante tanto discurso, no faltan las risas que sirven como un desahogo, mecanismo de ajuste natural de los asistentes en decirse, así mismos, cuando va a acabar todo esto. Se hace mención de la nueva política económica cambiaria, más bien haciendo una apología al efecto inflación, explicando que la paridad cambiaria del alza del dólar con respecto al bolívar fuerte, favorece enormemente a los llaneros, ya que ahora el Estado Socialista tendrá más bolívares fuertes para cumplir con las promesas incumplidas por el gobierno.
Bueno, hasta aquí este pequeño relato novelesco del socialismo,
Por estos días de mi paso por el llano, específicamente en la población de un pueblo que lleva como nombre Santa María, perteneciente al Estado Guárico, he podido observar cómo los jerarcas del grandilocuente socialismo del siglo XXI., engaña a los campesinos reinaugurando una carretera de arena que existe desde los tiempos de la Venezuela bucólica caudillista del siglo XVIII.
Se inauguran calles de tierra en estos parajes como si fueran la última maravilla del progreso, mientras los fatuos lideres celebran con cervezas en su mano, haciendo alardes de su vanidad. En medio del evento político se escuchan frases como estas, de algunos oriundos del llano; hay refrescos o gaseosas y sopa, esto esta buenísimo dicen.
Rostros de hombres con caras lánguidas del hambre, gente que muchos de ellos no comen desde ayer, eso es el régimen socialista en detalles. Más tampoco pueden faltar las nativas castas del llano en hacer gala de sus presunciones moviendo la cola como mulos, y caballos ante aquel ridículo evento. No faltan tampoco murmullos como estos: “ellos no son de los nuestros”.
Todos se han puesto el disfraz de gala del partido socialista, unos con mejores distintivos que los otros, mientras se almuerza caldo de sopa de res, porque la res únicamente es para los más atrevidos que conforman el buró político del lugar.
Suena el joropo trancao, música muy querida por los pobladores, mientras los lugareños conversan, lo que se respira en el ambiente es una atmosfera de hambre e hipocresía, a tal nivel que pareciera que quisieran sacarse las “tripas” a puñales y machetazos. Pasean los perros con hambre también en sus fauces. En medio de aquel festín, todos buscan acomodarse a la guanábana del poder, pero ninguno logra comprender que ya no hay más espacio para más ineptos.
Definitivamente, La degeneración de la raza humana es la que ha producido tanto caos, ver a las mujeres presumir al lado de sus parejas con tanta degradación deshonrosa, al que los ha sometido los sistemas socialistas es verdaderamente una lástima, para la oportunidad que se ha brindado a la humanidad, en este caso a los Venezolanos por mucho tiempo de ser una admirable república ante el mundo; pero como dice el viejo refrán; “el que no sabe, es como el que no ve” Todo esto no deja de causar repugnancia e indignación al observador.
La comedia se presenta cuando a la carretera de arena le colocan una cinta roja carmín y todos los lugareños son invitados a acercarse a ver el acto ceremonial, mientras muchos de los presentes respiran profundamente sin poder decir nada, ante tan ignominioso engaño, aunque se escuchen a unos que quieren protestar, pero ¡qué va! Los aplausos mecánicos de la muchedumbre, muy típicos por estos eventos políticos, no logra incentivar a los inconformes para la censurable protesta. Se partió la cinta y viene el tropel a comerse el bocado de carne que apenas empieza a cocerse entre las brazas del fogón, por lo que se calcula no alcanza para todos los asistentes, por lo que, lograran comer muy pocos.
Ciertamente, muchos de los pobladores de la zona se contentan con una calle de tierra, un ambulatorio y una escuela rural.
No se puede dejar pasar los constantes aplausos y palabras como estas: ¡siéntanse orgullosos de ser guariqueños! de tener a un gobierno socialista como éste, cada uno de los oradores menciona a Dios inclusive en los tuétanos desechos de la sopa.
Se hace mención a Bolívar y por si no faltara menos al autócrata que por respeto a los lectores se prefiere no nombrar, entre aplausos y arengas no podía faltar el ya repetido y viejo discurso antiimperialista.
Ya el gobernante del Guárico, ofreció caña de azúcar para los rumiantes de la locación y así contrarrestar la sequía que no permite que se produzca el pastizal de alimento para los animales, mas el problema no es el alimento en sí, sino la distribución de agua, que no logra llegar a todos los poblados, más que con escasos camiones cisternas como política pública de estos lares.
Ante tanto discurso, no faltan las risas que sirven como un desahogo, mecanismo de ajuste natural de los asistentes en decirse, así mismos, cuando va a acabar todo esto. Se hace mención de la nueva política económica cambiaria, más bien haciendo una apología al efecto inflación, explicando que la paridad cambiaria del alza del dólar con respecto al bolívar fuerte, favorece enormemente a los llaneros, ya que ahora el Estado Socialista tendrá más bolívares fuertes para cumplir con las promesas incumplidas por el gobierno.
Bueno, hasta aquí este pequeño relato novelesco del socialismo,
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