Influencia de la globalizacion en la religion

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La globalización es un proceso fundamentalmente económico que consiste en la creciente integración de las distintas economías nacionales en una única economía de Mercado mundial (Rockwell;2005); No se debe asumir una visión tan reducida de pensamiento, sino que aun mas son las posibilidades que ofrece la globalización incluso para enfrentar al hombre con una visión universal de si mismo con valores espirituales aceptados en cualquier parte del globo terrestre.
La globalización influye sobre la religión de forma positiva si se observa como un acelerador de procesos o como producto del proceso evolutivo.Mucho se ha querido desdeñar por los socialistas este fenómeno de la civilización, en vía de unificar conscientemente el esfuerzo para elevar además la calidad de vida y la posibilidad de estar mas cerca de otras partes del mundo aportando mas que información.
Por siglos se ha dicho que la globalización ha servido únicamente para superar la cantidad de dificultades y barreras arancelarias que restringen la interconexión comercial de las naciones del mundo, pero hoy sabemos por experiencia, que no sólo ha servido para superar las muros económicos impositivos y culturales propios del humano, sino que entre otras cosas ha ayudado enormemente en consolidar la fe Cristiana y de todas las religiones existentes en la faz de la tierra.
La voz de cualquier Líder Espiritual dictada en éste instante puede hacer eco a través de los diferentes medios de comunicaciones que posee la sociedad, en cualquier rincón del planeta, en tiempo real, impulsando al hombre a tener una fe más fortalecida y orientación espiritual directa de ese tipo de lideres.
Irrefutablemente llegara el día, en que todas las corrientes espirituales tengan que unificarse como resultado de que cada una de ellas en esencia predican el amor universal por encima de la razón humana, y es en éste punto, donde convergen todas las corrientes espirituales como si se tratase del gran océano de la vida donde se unen: mares, lagos y ríos de la tierra a través de la afluencia de sus aguas.
Siendo la globalización, consecuencia de la gran aldea global a la que incuestionablemente se sujeta sigilosamente la humanidad, esta da hoy en día muestras de efectividad contundente antes quienes le adversan.
Es la globalización de la fe, del amor, la religión más factible a la que esta llamado el hombre, y detener éste maravilloso efecto unificador, resultara imposible para sus detractores, ya que esta es la consecuencia directa de la evolución de la raza humana.
La globalización con todo lo que la envuelve ha favorecido a cada uno y todos en la sociedad en sus variadas esferas, gracias al ingenio del hombre en busca de mejorar sus comunicaciones consigo mismo, con sus semejantes, y con el mundo que le rodea, en ir perfeccionando y descifrando los intrincados códigos y símbolos que descubre el inquieto e inquebrantable espíritud buscador de la felicidad.
Cuando se universaliza el mensaje Cristico espiritual no se pretende en modo alguno realizar tan alto valor humanizado bajo la sombra del sectarismo dogmatico religioso que pulula por estos tiempos, sino en ir derribando las murallas del oscurantismo propio de los fariseos de la fe, hacia el Cristo centrismo como lo concibieron y predicaron los profetas de todos las épocas.



El Cristo

Se dice en la Biblia, libro sagrado para los cristianos, por antonomasia, que el Cristo volvería, y ciertamente ha vuelto a encarnarse el verbo a lo largo de los siglos en varios mensajeros que ha tenido la humanidad, lo hizo en Mahoma por allá en el siglo VII de nuestra era y lo ha hecho en sucesivas encarnaciones que han venido a la tierra para dar el mensaje de las Divinidades a los Hombres.
Mas la historia, se repite, encarnación tras encarnación, no exactamente como lo revelan los evangelios cristianos ya que el ser de tan elevado Espíritud Cristificado y Perfecto tiene el Don de Dios de amoldarse al tiempo y al espacio que requiera para entregar el mensaje.
El Cristo no es un nombre, es un espíritud universal que ha venido a la tierra en diferentes oportunidades desde tiempos arcaicos que se pierden en la noche profunda de los siglos hasta el final de nuestros días, al que estamos todos llamados a seguir y a alcanzar.
Las religiones contemporáneas han hecho de esa representación espiritual un elemento antropomórfico que para lo único que ha servido es para crear divisiones, guerras, pugnas, y desasosiego entre la humanidad.
Es un error propio de éste tiempo hablar del Cristo evocando una época en específico, como si perteneciese a un momento, lugar de la truncada historia que conservamos, mientras se sabe, a la luz de la verdad que el Cristo no es de ningún tiempo, ni de ningún lugar, sino que trasciende el espacio infinito cognoscible e incognoscible para el hombre.
En nombre de la verdad el Cristo es una energía poderosísima y eterna que desde antes del principio de la creación del universo existe, sin ÉL nada de lo creado e increado hubiese podido manifestarse en el espacio abstracto absoluto y los que lo han visto han sido marcados por un sello sublime y eterno en el alma que los fundirá irremediablemente en ÉL.
Llegara el momento, la hora precisa, en que salgan los mensajeros por los cuatro puntos cardinales de la tierra a dirigir el éxodo a una nueva tierra y a nuevos cielos que se están preparando.
Es de saber que el mesías no encajara en los rancios patrones de la sociedad sino que se presenta ante la misma como un prodigio ante los pocos seres que logran reconocerle.
El Cristo se renueva así mismo como el fénix de la filosofía demoliendo todos los tabúes y mitos de las gentes en cuanto al carácter espiritual de éste Ser.
La humanidad siempre esta recelosa del que viene con el Mensaje Divino, por la razón de que el mensaje no encaja en los carriles de sus intereses y mucho menos en el de los poderosos materialistas de la sociedad, sino que los terminan desenmascarando con tan sola la presencia de la energía del Cristo frente a sus sentidos.
Albert

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